1/4/19
La libertad de expresión es imprescindible para el funcionamiento de las instituciones democráticas. Ahora bien, no es correcto el ejercicio de ella cuando el único objetivo es denostar a magistrados que resuelven de manera que no nos gusta.
Para el adecuado funcionamiento del sistema democrático de gobierno, nos es exigible a todos el debido respeto de las instituciones de la República, de la Constitución Nacional y las leyes, y nada nos autoriza a exceder esos límites. Cuando esto ocurre, es necesario reclamar la adecuada cordura, pues el malsano ejercicio de la libertad de expresión puede afectar la honorabilidad de las personas y poner en riesgo el correcto funcionamiento de los poderes del Estado.